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Yao Cabrera, el youtuber uruguayo, fue condenado este jueves a cuatro años de cárcel por reducción a la servidumbre y trata de personas con fines de explotación laboral y sexual. A su vez,deberá pagar 15 millones de pesos a la víctima por “reparación integral”.
Fue el Juzgado Federal nº 3 de San Martín el encargado de condenar al instagram. Además, la víctima seguirá contando con una restricción de acercamiento para resguardar su seguridad.
La denuncia contra el uruguayo se radicó hace cuatros años por Jorge Zonzini, manager de medios. Luego de la condena, el empresario aseguró que es un “hecho sin precedentes”.
Fue el propio Zonzini quien presentó las pruebas de “los sistemas de multiestafas a niños vulnerables y a sus padres, abusos sexuales, corrupción y facilitación de la prostitución a menores de edad y venta de estupefacientes en sus fiestas y teatros”.
Lejos de reflejar a sus seguidores la condena por trata de personas y reducción a la servidumbre, Cabrera celebró en Instagram. Con un video grabado saliendo de Tribunales manejando, sostuvo: “Familia, amigos, estoy libre y bien, siempre bien. Al fin, juicio finalizado”.
“Ya estoy en casa, tranquilo. Me voy a comer un asadito para festejar. No se preocupen, estamos activos. Que por ahí digan lo que quieran, yo los espero tranquilo en casa”, siguió.
Una de las piezas claves para llegar a la condena fueron las denuncias de Giovanna De Mitole, Mariano Fernández y Joaquín Apesteguía, diseñadora gráfica y editores respectivamente. Los tres trabajaron en “Viral/Wifi”, la organización que Cabrera lidera.
Ellos presentaron ante la Justicia las pruebas de los sistemas multiestafas, venta de drogas en sus eventos, corrupción, prostitución de menres y abusos sexuales.
La diseñadora contó que el influencer “la redujo a la servidumbre bajo las condiciones de brindarle un lugar donde vivir y comer, valiéndose de su estado de vulnerabilidad” durante su estadía en “Mansión WIFI”.
Tal es el punto al que llegó que debió escaparse de la propiedad, tras ser internada por un episodio vivido. Luego, llegó a vivir en hogares de abrigo para víctimas de Trata de personas.
